EL RETORNO DE SANJINÉZ

Con una paleta volcánica dominada por un rojo que es lava y fuego, Víctor Sanjinéz retorna a Arequipa con una exposición que resume el compromiso emocional con sus raíces. Eso explica lo definitivo del título de esta entrega; Arraigo: De los hijos que se van.

Sanjínez es de los hijos que regresan. Lo hace luego de pasear y compartir su talento por el mundo en ciudades cosmopolitas y distantes de la que late vigorosa al pie del Misti. Hablamos de Navarra, México, Buenos Aires, París y Washington. Pero las raíces llaman, y llaman con fuerza, en virtud de una voz que hace dulce el dolor de la distancia.

En saber escuchar este llamado es que reside la razón de las miradas de añoranza repetidas en sus pinturas. Otean al pasado, a esa cuna natal de la nostalgia donde se atesoran los primeros recuerdos, pasiones y aprendizajes, que finalmente siempre acaban siendo los decisivos. Son los que señalan lo inevitable del retorno.

Felizmente es un retorno sin pena, pero con gloria. Parte importante de ella es que lo hace en el mes de Arequipa, y que al hacerlo cumple un sueño colegial de alguna vez exponer su obra sobre el sillar de las venerables paredes de la Universidad Nacional de San Agustín. Y culminación de esta misma gloria es que regresa a casa trayendo más talentos de los que recibió al partir de casa. Así es como regresan los verdaderos hijos pródigos.

Jaime Bedoya

Periodista

Nuestro querido “Sanji”

Todos los que visitamos el área de Diseño del diario El Comercio le hemos pedido alguna vez a Víctor Sanjinez que nos dibuje algo. Ya van varios años desde que no trabaja con nosotros y aún así hay pizarras en la redacción que mantienen sus bocetos y nadie se atreve a borrarlos. Esa es quizás la mayor muestra del respeto y admiración que sentimos por él. Pintor de carrera, llegó al periodismo en búsqueda de más conocimientos. En El Comercio iba a estar 6 meses y terminó quedándose 10 años en los que hizo de todo. Caricaturas para Política y Mundo, ilustraciones para la página editorial, pero sin duda sus infografías marcaron una era. En tiempos de sobreabundancia de información, ‘Sanji’ dominó como nadie el juego de síntesis que hace que el lector recupere la capacidad de comprensión mediante estas visualizaciones. A su talento innato le sumó la inmersión investigativa que lo llevó a desarrollar trabajos cada vez más complejos y ambiciosos en el decano que le valieron numerosos reconocimientos en los premios más importantes de diseño. Hoy toca disfrutar al ‘Sanji’ de los inicios, de los trazos de acuarela y carboncillo. En cada una de estas obras está plasmada la personalidad de un hombre inquieto y sencillo que emprendió la magnífica labor de despertar curiosidad y compartir conocimiento a través de su arte.

Juan Aurelio Arévalo Miró Quesada

Director Diario El Comercio