EXPOSICIÓN
PÉLÉRINAGE Memoria transitoria y fulgurante.

GALERÍA
Centro Cultural UNSA. Galería  I-II-III

ARTISTA
Juan Carlos Zeballos Moscairo

CURADURÍA
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PERIODO
Julio

PÉLÉRINAGE 

Memoria transitoria y fulgurante

No hace mucho Juan Carlos Zeballos Moscairo (Arequipa, 1976), me comentó que la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) de Arequipa lo había invitado a exponer su trabajo pictórico, pues seguían de cerca su desempeño internacional, más aún en su condición de exalumno de su Escuela de Arte. Zeballos, formado como artista en esta ciudad, Arequipa, vive y trabaja desde hace más de un lustro, en París. Me vincula a él una amistad de más de 15 años, entre llamadas telefónicas y cortos encuentros esporádicos en medio de viajes muy largos. En todo este tiempo he asistido a la consolidación de su trabajo como pintor.

La exposición PÉLÉRINAGE: Memoria transitoria y fulgurante se plantea como una individual de Juan Carlos Zeballos en la bella y tradicional casona que alberga al Centro Cultural de la UNSA. La muestra presenta, después de diez años de la última (realizada en el año 2012), cerca de 50 obras, entre óleos y acuarelas de mediano y gran formato, a propósito de celebrarse un aniversario de la Escuela en la que Zeballos fue un alumno destacado. La ocasión propicia, sin embargo, deja abierta la pregunta acerca del papel formativo de la universidad en las prácticas artísticas de la escena contemporánea, por un lado, pero también en la voluntad por escribir una historia que documente dicho papel formativo. Desde que, en el año 2016, Zeballos ganó en Francia el reconocido Salón de Versalles, se sucederían otros reconocimientos como ser invitado en varias ocasiones al clásico y muy conocido Salón de Otoño; o su inclusión en el Salón de las Nuevas Realidades, —fundado después de 1945 y profundamente vinculado al credo moderno de la pintura abstracta en el contexto internacional parisino—, por citar solo algunos de sus éxitos. Solo el hecho de ser considerado en estos salones como participante habla en sí mismo de la calidad de su obra. La inscripción de Zeballos en la escena francesa de la pintura produce no solo asombro sino también una genuina curiosidad.

La pregunta de cómo hay que vincularse con la pintura de Zeballos puede comenzar a contestarse al observar con detenimiento el protagonismo de una estética abstracta centrada en la pincelada de color que usa todo el espectro del círculo cromático, con logradas combinaciones expresivas de contrastes entre cálidos y fríos, en tramas en donde el azar y la superposición del material hacen su parte. Incluso cuando Zeballos juega con la idea de cuadros casi monocromos en grises, todavía la trama deja exhibir en sus logros algo más que una simple habilidad técnica. La obra que la exposición exhibe y que el público arequipeño puede ver por primera vez es relativamente reciente, pues se incluye aquella producida desde año el 2016 en adelante. Además, en estas obras hay una característica adicional: la forma de la superficie sobre la que descansa su pintura se escapa muchas veces al cuadro, en tondos y puertas que señalan hacia una nueva preocupación por el contenedor y la manera como el espectador accede visualmente a la imagen en el mismo espacio de exhibición. Y así, si uno piensa en la forma circular del tondo, la pregunta por el elemento visual que hay que privilegiar para orientarse nos interpela de manera creativa e insistente. Algunas de estas piezas fueron protagonistas en los salones franceses mencionados, que, en su momento, merecieron la atención de un jurado especializado.

Desde su época de protagonista de la escena de la acuarela en Arequipa y a nivel nacional, sus composiciones no solo han encontrado actualmente otro medio en el óleo, en grandes formatos, sino que han consolidado tramas de color específicas que, para quienes conocen su obra, lo identifican como si fuera su propia firma. Como alguien que sigue su proceso desde hace muchos años, conozco su pasión por el dibujo y la documentación de escenas y paisajes urbanos. Uno entonces se pregunta por el vínculo entre dicha energía figurativa —hasta cierto punto documental— y esta otra sostenida experiencia asociada a la abstracción y no-representación.

En las obras de estos últimos cinco años, algunos títulos de sus obras como Elogio a tu fuerza infinita, Dialéctica de sueños, Negación de ilusiones, Estigma y letanía, entre otros, permiten especular con elementos al interior del «contenedor» que no solo estén alejados, obviamente, de figuras reconocibles y su apariencia naturalista, sino con su apuesta por cultivar una sensibilidad que sea capaz de ofrecer al ojo atmósferas sugerentes, escenarios imposibles y únicos, en el que la infinitud que porta la fuerza de lo sublime, desafíe con su presencia concreta en la sala, a cualquier sentido y significado específico. Queda suspendido, todavía, el juicio acerca de cómo esta tradición expresiva de la pintura abstracta pueda ir al encuentro de una energía vital que interpele y al mismo tiempo dialogue con la propia escena francesa y europea. Quizá el inicial reconocimiento internacional de Zeballos en dicha escena guarda, todavía, como uno de sus secretos toda esa distancia que porta la diferencia de alguien formado en un país latinoamericano como el Perú. Una instancia que respira a través de la presencia física y material que cada una de estas pinturas exhibe de manera singular y única, en el lugar en donde se encuentre.

 

Augusto del Valle Cárdenas, junio de 2022.

BIOGRAFÍA DE LA ARTISTA

DIMENSIONES: 170 x 160  cm.
TÉCNICA:
Óleo sobre lienzo.

AÑO: 2021

DIMENSIONES:  150 x 160  cm.
TÉCNICA:
Óleo sobre lino.

AÑO: 2021

DIMENSIONES: 210 x 150 cm.
TÉCNICA:
Óleo sobre lino.

AÑO: 2021