Teófilo Allaín nació en Tarma, Junín, el año 1913. Se formó en la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú, de la cual egresó con la Medalla de Plata. Integró la representación peruana en la célebre exposición de Viña del Mar (Chile) en 1938 a partir de la cual inició sus participaciones internacionales. Se desempeñó como profesor de Dibujo y Pintura en su alma máter de 1949 a 1956, año en el que viajó becado a España para realizar estudios en la Real Academia de San Fernando y en la Escuela de Grabado del Museo del Prado. Falleció en Lima en 1956.

Si bien Allaín es reconocido tempranamente como pintor su notable obra grabada en madera es apenas conocida por los especialistas. Por ello, y tal como sucedió en la primera edición de la Bienal de Grabado de Arequipa con la obra de Mariano Alcántara, en esta ocasión hemos preparado una breve muestra constituida por diez de sus xilografías impresas de los tacos originales. Para preservar las matrices que nos prestaron, algunas bastante debilitadas por ataques de xilófagos, el experimentado grabador Marco Alburqueque optó por la impresión manual.

Esta breve colección de estampas, cuya datación es muy difícil de precisar, ofrece una serie de imágenes inspiradas en personajes, rincones y paisajes del Cusco: encontramos una serie de retratos idealizados y verosímiles, algunos rincones urbanos célebres ya gracias a la iconografía indigenista – como es el caso de “La cuesta de Santa Ana” – así como fachadas de iglesias pueblerinas – como la Urquillos – en torno a las que aparecen imbricados los pobladores y ese cielo que Allaín inunda con esas nubes bellísimas y henchidas que lo caracterizan; imágenes cuya síntesis poética apuntaló la idea de lo andino que tanto impactó en el público de ciudades como Lima.

Solamente una de las estampas no contiene una escena cusqueña y sí altiplánica: nos referimos a la hilandera que trabaja sentada en las inmediaciones de una chullpa semejante a las de Sillustani. La incluimos aquí por exigencias del espacio museográfico y porque deja ver que los intereses temáticos de Allaín iban más allá del Cusco, tal como lo corroboran otros de los grabados suyos ya publicados, que representan escenas portuarias del Callao.

Agradecemos al desaparecido investigador del grabado peruano José A. Fernández, coleccionista y propietario de estas matrices, quien nos reveló – hacia 1998 – la obra xilográfica de Teófilo Allaín, y a su viuda, la señora Zoila Carrillo, que nos permitió reimprimirlas con el propósito de mostrarlas en nuestra bienal y de que los ejemplares se preserven para que integren la colección del futuro Museo del Grabado de Arequipa.

Manuel Munive
Curador de la exposición