EXPOSICIÓN
Paisajes Humanos – Xilografías 2015 – 2020

GALERÍA
Virtual

ARTISTA
Carlos Añamuro Chambi

CURADURÍA
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PERIODO
Junio

Una buena parte de las personas considera que una obra plástica vale por su capacidad de reproducir la naturaleza o el mundo, exactamente tal cual es; la llamada mímesis de los griegos. Sin embargo, una mera reproducción, muchas veces lleva al artista a una actitud pasiva frente a su interpretación de lo que ve o en su creatividad y originalidad para proponer algo nuevo. Carlos Añamuro, todo lo contrario, es un intérprete activo que propone y a la vez nos sugiere siempre, ofreciéndonos la parte espiritual y subjetiva de su impronta.

Luis Palao nos dice que el artista pinta lo que ama. Y esto se traduce fielmente en esta serie de grabados que ahora nos alcanza: los lugares por los que ha transitado, el paisaje urbano y rural de aquellas ciudades y pueblos donde se ha desarrollado gran parte de su vida; las actividades artísticas que llenan sus preocupaciones y expectativas como la música y la danza andinas, sobre todo de Puno; los personajes y personas que forman parte de su entorno artístico, familiar y de amistades, que han sido retratadas. Toda esta temática esencial, reafirma ese vínculo e identificación estrechos con su tierra, con su cultura y con su gente. Sólo se puede amar aquello que se conoce y Añamuro conoce bien; por lo tanto, su propuesta refleja, sobre todo, autenticidad y honestidad, alejada de cualquier moda. Graba, en este caso, lo que siente y piensa. Él mismo se ha materializado o corporizado en cada cuadro. Es por eso que su trabajo tiene ese poder de llegada a nuestros sentidos, pero también a nuestra reflexión estética.

Siguiendo la gran tradición de grabadores peruanos como José Sabogal y del puneño Diego Kunurana (pseudónimo de Demetrio Peralta), sin que ello implique encasillarlo dentro del indigenismo, su incursión en la xilografía, viene consolidando a lo largo de estos cinco años, una gran solvencia expresiva y manejo técnico de recursos plásticos. Desde el alto contraste, de luz y sombra en cuadros como Calle Mercaderes, Aquellos ojos o Ayarachi de Paratía, donde el poder de síntesis de la línea lo define todo; pasando por la utilización de texturas visuales que forman una rica variedad de grises como en Calle Toledo, Awkixa (mi padre) o Dama Puneña; o donde ambos recursos se unen y mezclan para darle equilibrio a la obra como en Calle Puente Bolognesi, Camino a Atani, Sue, Kantuta o Aldeana. No está ausente el juego de composición y abstracción geométrica como en Kuntur Mallku ni la yuxtaposición de planos también en contraste como en la plasmación de los personajes del universo mágico andino como el Supaya (diablo) y el pepino.

Todo ello nos hace avizorar que su propuesta debe ser tomada muy en cuenta, no solo por el actual presente que ya nos muestra, sino por la perspectiva que se viene trazando y encaminando a futuro. Vuela alto, Juan Carlos, con la versatilidad y capacidad de adaptación que tiene el cóndor, de dominar las alturas y el frío de la puna y también de llegar a las orillas del mar en amplia visión y panorama.

 

                                Aleksis Ponze Gallegos