EXPOSICIÓN
Cartografía de la Memoria

GALERÍA
Virtual

ARTISTA
Carlos Añamuro

CURADURÍA
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PERIODO
Setiembre

“Cartografía de la Memoria” es una serie pictórica de mediano formato, en la que, a través del uso de la geometría y del color, se recrean algunos signos gráficos de las culturas prehispánicas que se desarrollaron en el antiguo Perú, principalmente de la cultura Huari y Tiahuanaco. Es un primer intento de exploración a un mundo misterioso y enigmático en el que habitan símbolos y metáforas gráficas que nos remiten a los albores del tiempo y que desde siempre atrajeron mi atención.

En cada obra se podrá observar el rol protagónico del color, principalmente en la definición de las formas. Así también, la utilización de formas geométricas universales como el cuadrado, el círculo, la espiral, la cruz, etc., otorgan cierto carácter místico y nos da, dentro de su propio marco de referencia, nuevos elementos para aprender a ver y revalorar los elementos plásticos de nuestro pasado artístico que durante siglos fue infravalorado y relegado de los ámbitos artísticos.

El arte del antiguo Perú se desarrolló en un espacio y tiempo desconocidos, diferentes al marco geográfico y a los periodos cronológicos del mundo occidental. Por lo tanto, este arte obedece a una realidad social distinta a la impuesta después de la invasión española. Comprende diversas formas creadas como fruto de sus preocupaciones vitales y religiosas. Sin embargo, este arte fue estigmatizado por mucho tiempo y considerado como arte primitivo e inferior. Tuvieron que pasar muchos años para que críticos, investigadores y artistas, adviertan los valores intrínsecos que posee, dándole valor y asignándole el sitial que le corresponde. Felizmente hoy el panorama es distinto y cada vez el mundo admira la grandiosidad de los objetos artísticos legados por nuestros antepasados.

Así, la presente serie, pretende incorporarse dentro de las corrientes estéticas del presente siglo como arte presente y actual. Esta mirada hacia atrás responde a una búsqueda constante de conexión con nuestro pasado artístico a fin de darle una nueva vigencia, ya sea recreándolo o creando nuevas formas a partir de los valores estéticos propios del arte prehispánico. Consideramos que los signos gráficos y plásticos no tienen edad. Tanto los más antiguos como los modernos, probablemente tienen las mismas causas y por ello las mismas estructuras. En suma, todas las formas pueden reducirse a las formas básicas que organizan los caracteres fundamentales de la vida. La necesidad de construir y de organizar nos liga profundamente al orden natural, hecho de crecimiento, de germinación, pero también de erosión y de destrucción.

Esta geometría de los orígenes no tiene otra aspiración que la de devolver el sentido a un sistema de formas por el cual el hombre pudo expresar su mundo a través de formas, signos, símbolos, colores, etc. En consecuencia, la recreación de este imaginario de signos se justifica en tanto y en cuanto se le otorga una nueva significación, ya no sólo como objeto etnográfico o arqueológico, sino como objeto sensible, esto es, como obra de arte.

 

Carlos Añamuro